Una montaña que lo tiene todo. Preciosas campas verdes, hermosos paseos bajo la sombra de los árboles, enormes paredes y aristas para escaladores, y sobre todo algo que para mi la hace mágica. La leyenda de la Dama de Anboto, Mari. Con un poco de cuidado se puede acceder a su cueva, que aunque no creas en estas leyendas mitológicas, os aseguro que impone.
Según se dice, ahí es donde vivía (y sigue viviendo) el personaje por excelencia de la mitología vasca, Mari. Volaba por el cielo envuelta en una bola de fuego e iba de montaña en montaña, porque en muchas de ellas tenía su cueva o vivienda (por aquél entonces los vascos ya empezábamos a conquistar territorios con nuestro arma más letal, la compra de segundas viviendas en el quinto coño. Más tarde vendrían Laredo, Salou y Benidorm...).
En fin, que me gusta. A ver qué os parece.
Canon 350D
Sigma 10-20 (a 10mm.)
f/11
1/200
ISO 100
Polarizador
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